El Púlpito

Opiniones personales relacionadas con el Camino de Santiago

martes, marzo 21, 2006

Tomas, el grande templario

La bajada en semioscuridad es temible hacia Manjarin, paso el pueblo sin detenerme ni mirar hacia los lados porque me produce temor desde hace años , cuando descubrí en el suelo, una cruz de hierro clavada, en Galicia, señal de algún asesinato . Un pueblo maldito y abandonado por la incurría y ademas mancillado con la muerte de un vecino no es lugar adecuado para parar, ni siquiera mirar entre los murros derrumbados y los techos hundidos a ver si nos ojea la almiña del muerto pidiendonos desde la mirada silenciosa una novena por su alma o como a un vecino mío que iba a segar la hierba con una fouza, que le librase del habito de franciscano con el que lo habían enterrado para poder dirigirse en el Otro Mundo a donde a su lugar correspondiente (se supone que al Infierno) y que mi vecino libero de un tajo rompiendole el cordón que llevan a modo de cinturón con la punta de la fouza, produciendose a continuación un terrible griterío de estertores y una explosión desapareciendo el alma del difunto

Fando, mi vecino encaneció de la impresión y perdió el habla durante una semana que recupero únicamente porque su suegra le administraba huevo crudo batido, de gallina portuguesa negra, con sal y le hacia beber agua bendita

Antes estas experiencias ajenas prefería, no mirar a los lados y continuar raudo la bajada en el fusco lusco mientras la lluvia intermitente me castigaba y azotaba el rostro

Comencé a ver una luz abajo, y llegue a ella. Era la puerta de Tomas, el templario

Salió a recibirme porque el es el Ojo que Todo lo Ve, del Camino, en su gabinete tipo capitán Nemo, o garito nave espacial, sentado en su sillón mientras lee, puede ver todo lo que baja de la montaña, así que no es raro que me estuviese esperando . Hoy no tocaba la campana, otras noches con niebla si lo hace para orientar al peregrino tardón y extraviado, pero había puesto una antorcha en la puerta, una antorcha de esas chinas, las que los pijos de ciudad ponen en el jardincillomaceta para hacer bonito

El la pone a modo de faro del Teleño en su puerta, a la que se llega como a un remanso a pesar de su innegable cutrez
Me recibe afectuoso a pesar de que hace años que no paso a verlo y conversamos entre risas

A la mesa se sientan media docena de personas unos peregrinos y otros de la casa, que terminan de cenar, gato y perro y en el centro una estufa que da un delicioso calor que es lo que mas se agradece bajando de la montaña
despertó
Me pregunta varias veces por el avance de las obras del albergue de Acacio, en Villoria de Rioja, de si hacia frío allí, de si había pintado, de si había abierto, y mil detalles .. se nota su aprecio por el brasileiro

Le pido que no haga pose para la foto que intento sacarle y aun se ríe mas pero se pone en lugar que dice salen mejor las fotos .. delante de un cuadro con un tema templario (!!)

Unos peregrinos los manda a dormir arriba, al fallado o la falsa del albergue por que allí se duerme mas caliente , ella una gorda alemana que camina con dificultad se despide sonriente y amable aunque no le entendamos pero Tomas domina el lenguaje de signos del Camino, pro que el Don de Lenguas aun no le ha sido dado (sino seria ya San Tomas)

Mientras hablamos en la mesa, del piso superior caen pajas y furrufalla , al caminar los peregrinos sobre el techo de tablas apenas arrejuntadas y al momento me acuerdo del chiste peregrino de aquellos caminante italianos que dormían situación semejante sobre mesonero y su mujer, y tras el sablazo y miserable cena, a media noche se mearon en el suelo con lo que la lluvia dorada sobre el matrimonio los desperto , ellos se hicieron el muerto, pero antes de amanecer se largaron para no sufrir las iras del burlado mesonero y señora

Nos partimos de risa